En 2024, la moda sostenible se ha posicionado en el centro de la conversación global como una respuesta urgente al impacto ambiental y social de la industria textil. Consumidores, marcas e instituciones han intensificado sus esfuerzos para transformar el ciclo de vida de las prendas, apostando por la conciencia ecológica y la innovación responsable. En este panorama, se exploran nuevos tejidos, prácticas de producción respetuosas y movimientos que promueven el consumo consciente. Este año marca un punto de inflexión, en el que la creatividad y la ética convergen para redefinir el sentido de vestir y el compromiso con el planeta.